«¡Shhhh 🤫: si donas, no lo digas!». No, no y no: estoy completamente en desacuerdo.
Tendemos a pensar que nuestra ayuda es mucho más valiosa si la hacemos sin decírselo a nadie. Si lo cuentas, es ego o postureo o autopromoción: ya no es ayuda.
¿Por qué no estoy nada de acuerdo? Porque esa forma de pensar pone el foco en el lado equivocado de la ecuación. Parece que lo importante es juzgar las intenciones y la pureza de la persona que ayuda. ¡¿Pero que más da todo eso?!!! Lo importante es cuánto conseguimos ayudar a las personas que más lo necesitan.
Si tú donas porque crees que es importante, pero no se lo cuentas a nadie, nunca vas a inspirar a nadie más a seguir tu ejemplo. La gente a tu alrededor pensará que nadie dona o ni siquiera se planteará que puede ser muy enriquecedor dedicar una parte de sus ingresos a ayudar a los demás.
Si donas, habla de ello con tu familia y con tus amigos; o cuéntalo en tus redes sociales: si logras que otros quieran seguir tus pasos, habrás multiplicado tu impacto. ¿Y si alguien te critica? Qué más da. Donar no va de ti: va de las personas más necesitadas del mundo y lo único relevante es cuánto las ayudas.
¿Hay casos en que la ayuda puede ser postureo? Por supuesto: cuando priorizas cómo saldrás en la foto en lugar de cuánto impacto consigues. Hay que ayudar con efectividad y, entonces, contarlo.
El 🔸Compromiso del 10%
En febrero de 2018, tomé una de las decisiones de las que estoy más orgulloso: me comprometí públicamente a donar de por vida al menos un 10% de mis ingresos a los programas benéficos más efectivos. Lo hice por dos motivos:
- descubrí que soy una de las personas con mayores ingresos del planeta (es probable que tú también: compruébalo), y
- Peter Singer me convenció de que algo falla si me siento completamente cómodo gastando 1000 euros en un nuevo iPhone pero no dono cantidades iguales o mayores para evitar que mueran niños pequeños por enfermedades fácilmente prevenibles.
¿Por qué hacer un compromiso público?
- En primer lugar, para que otras personas sepan que es posible y que merece la pena que se plantéen si puede ser algo que quieren hacer: aquí puedes conocer a otros firmantes como yo.
- En segundo lugar, porque es muy bonito formar parte de una comunidad global de personas que han decidido utilizar una parte importante de sus recursos a ayudar a los demás.
- Y por último, porque hacer un compromiso público te ayuda a cumplirlo: es una decisión importante que se convierte en parte de quién eres.
Si la idea del compromiso te parece interesante o inspiradora, te animo a leer más (por cierto: también hay un 🔹Compromiso de Prueba en el que puedes elegir plazo y porcentaje).
Pablo Melchor 