Ser feliz es una decisión

Hola chicos,

Hoy os voy a contar una de las cosas más importantes que he aprendido.

Antes o después llegará un momento en que os preguntaréis si sois felices o no. Hablando con la gente, veréis que a menudo piensan dos cosas sobre la felicidad:

  • La primera es que «lo que les ha tocado en la vida» no les deja ser felices. Hay adolescentes que creen que no pueden ser felices porque sus padres no les dejan hacer tal o cual cosa; y hay adultos que creen que no pueden ser felices porque tienen problemas de dinero, trabajo, salud, relaciones… lo que sea.
  • La segunda cosa que piensan es que serían felices si ocurriera algo que cambiara su vida: si les tocara la lotería y se fueran a vivir a una isla paradisiaca sin volver a trabajar jamás, o algo por el estilo. 

Lo que he aprendido es que esas dos formas de pensar son equivocadas:

  • No son los demás ni las dificultades los que «te deprimen» o «te amargan»: pueden pasarte cosas malas, pero eres tú quien te deprimes o te amargas.
  • Y no son la vida, ni otras personas, ni las cosas que tienes las que te hacen feliz: eres tú quien decide ser feliz (o no serlo).

Ser feliz no se parece en nada a no tener ningún problema: eso no existe. Los obstáculos que te vas encontrando a veces pueden ponértelo difícil para ser feliz. Pero, cuando eso ocurre, se puede reaccionar de dos formas muy diferentes:

  • Algunas personas dedican el día entero a pensar en lo que va mal hasta el punto en que ya no permiten que les ocurra nada bueno: si alguien les sonríe, no lo ven; si les dicen algo amable o cariñoso, no lo oyen. Se aíslan completamente de todo excepto de lo que está fallando.
  • En el lado opuesto, otras personas deciden que, ya que hay cosas que no van bien, van a «coleccionar» todos los momentos felices que se les pongan por delante. Conservan la sonrisa y disfrutan de las pequeñas cosas mientras hacen todo lo posible por mejorar lo que está dando guerra.

Podéis decidir en cuál de los grupos queréis estar.

No dejéis que vuestra mente se llene de lo negativo: estad atentos a todos los pequeños buenos momentos y grabadlos en vuestra memoria para poder recordarlos al final del día. Podéis decidir ser felices.

Hay una cosa curiosa: está comprobado que ser feliz es mucho más fácil cuando dedicas tiempo a ayudar a los demás, así que «ser bueno» tiene su recompensa. Pero ya hablaremos de eso otro día ;-)

Os quiero,

Papá

P.D. Hay muchos tipos de momentos felices y hay que saber reconocerlos. Hace poco leí esto:

El motor de la felicidad son las emociones positivas, ya que la felicidad es, sobre todo, una sensación. […] Barbara Fredrickson […] describe las diez emociones positivas más comunes: «alegría, gratitud, serenidad, interés, esperanza, orgullo, diversión, inspiración, respeto y amor».

Merece la pena recordar momentos en que has sentido cada una de esas emociones: hay que coleccionar más de esos :-)