Aeropuerto. 5 minutos para embarcar. El presidente (tu jefe) espera que le envías un mensaje importante. Nivel de carga en la batería de la BlackBerry: cero. Enchufes compatibles con el cargador que llevas en la mochila: ninguno.
En casa. Desembalas la nueva consola de tercera generación que te han traído los Reyes Magos. La superficie de la consola brilla y estás deseando ver cómo se encienden todos esos LEDs. Haces un hueco en el mueble, conectas los cables a la TV y ya sólo falta enchufar la consola. Enchufes disponibles: cero. Decisión necesaria para hacer hueco: ¿desenchufas la base del teléfono inalámbrico o la lámpara?
En la era de la movilidad, estamos completamente atados por la electricidad. Pero no todo está perdido: los inconformistas no se rinden y han seguido trabajando para liberarnos de una vez por todas de los cables y de los adaptadores de corriente que pesan más que el gadget al que alimentan: Wireless Electricity Is Here (Seriously).