Creo que la televisión como hoy la conocemos no tiene futuro. Y no me refiero a la pantalla, sino al concepto de los canales que ofrecen una programación que no puedes personalizar: «café para todos». ¿Por qué tengo que ver el telediario a las 21:00 y esperar a las 22:20 para que empiece la serie que me gusta? En otros posts he hablado de la importancia de los contenidos y del elemento social. En este artículo en la revista Anuncios (en la mitad inferior del PDF), hablo de algunas de las empresas que van a ayudarnos -si las cuestiones legales lo permiten- a escapar de las programaciones cerradas, consiguiendo al mismo tiempo hacerse un hueco en un lugar privilegiado: el salón de tu casa. Para quien quiera sentir envidia de los EE.UU.: Netflix.