Entre «la gente del internet», como dice Ismael El-Qudsi (a quien me gusta seguir porque se ríe de estas cosas), está bastante extendido el «síndrome del Master del Universo». Como es fácil ser víctima del síndrome sin darte cuenta, describo algunos de los síntomas que ayudan al diagnóstico:
- Te sientes muy orgulloso de pertenecer a ese selecto club de personas que sí entienden de qué va esto de social media
- Escribes cosas del tipo «¡Cómo es posible que a estas alturas la empresa X no esté en Twitter!»
- Comentas con una mezcla de burla e indignación que el director de marketing de no sé qué macro-empresa no ha oído hablar de SEO (sin fijarte mucho en que su empresa tiene 4 millones de clientes y subiendo)
Aunque he titulado este post «el blogger como ser superior», puede aplicarse al heavy-user de Twitter o de la última red social de moda: muchos hemos sido víctimas del síndrome en más de una ocasión.
¿No estáis cansados de ese tonillo de superioridad? No digo que los temas que nos apasionan no sean importantes: lo son y es cierto que están cambiando muchas cosas. Pero ese mundillo en el que nosotros podemos pasar las 24 horas del día (y acabar con la sensación de que nos falta tiempo para estar al día) es en realidad minúsculo y completamente irrelevante para la vida cotidiana de mucha gente.
Esto no significa que el marketing digital, por ejemplo, no tenga mucho que aportar en infinidad de empresas y sectores. Pero lo que no podemos pretender es que nuestros interlocutores sepan qué es Tweetdeck o qué son los URL shorteners. Tenemos que salir de nuestro pequeño mundo y ser capaces de explicar de forma clara qué impacto tienen o pueden tener las cosas en el negocio. Y además tenemos que ser capaces de demostrarlo a través de la medición de resultados: muy poca gente entiende qué es un tweet, pero todo el mundo tiene claro qué es captar un nuevo cliente.
Tienes razón. Pesados que somos a veces, pedantes y soberbios. Ocurre en todos los nichos de conocimiento. La diferencia, es que este nicho, además de ocurrrir, se bloguea y se tuitea lo que ocurre.
Pesadez, que ves en las caras de la gente que te rodea, cuando dos de estos bichos, nos juntamos y hablamos de LO único (además de lo otro único).
Sí, nos han dado un altavoz a todos… y lo utilizamos :-)
Me declaro enfermo del ‘síndrome del Máster del Universo’, me lo voy a mirar… ;-). Muy bueno.
No te preocupes, no estás solo ;-)
En mi opinión es una mezcla de arrogancia, falta de experiencia en el Mundo Real y un total desconocimiento de cómo funciona la gran empresa.
No obstante, creo que elementos así de extremos son necesarios, cumplen una función importante para intentar alcanzar luego un punto de equilibrio.
(a veces me gustaría volver a ser asi… pero me he llevado ya demasiadas bofetadas de realidad…)
Je, je, je :-)
Interesante tu análisis «macro» sobre los «elementos extremos»: es verdad que el ruido cumple una función.
Yo siempre los he llamado gurús, y conste que lo digo con un matiz despectivo. Éste mundillo está lleno y yo me he encontrado con muchos más de los que me gustaría. Y lo peor es que ni siquiera suelen ser early adopters: es sólo gente que una vez que descubre algo nuevo lo esgrime como una bandera, alardea de ello, alecciona a los demás y encima usa sus conocimientos (muchas veces superficiales) para tratar de aumentar su «prestigio profesional» y ridiculizar a los demás.
Por suerte, siempre ha habido botones de «remove», «borrar», «no permitir», «bloquear» o «enviar al spam». :D
Incluso sin el matiz despectivo, la verdad es que lo de «ser un gurú» o no depende sobre todo de cuánto sepa tu audiencia: cuanto menos sepan del tema concreto del que hablas o escribes, más fácil es parecer un crack. No quiero decir con esto que haya nada malo en ser considerado un gurú, sino solamente que no es una «condición universal»: en un grupo determinado puedes ser el gurú y en otro ser solamente uno más.