Los comentadores offline

La escala de la participación de Forrester explica muy bien cómo el fenómeno de los contenidos generados por los usuarios es algo diferente de lo que podríamos imaginar. En España, por ejemplo (de acuerdo con los datos de 2009), sólo un 15% de los usuarios son «creadores». Sin embargo, un 56% son «observadores» que leen los blogs, ven los videos o siguen los tweets de ese aún reducido grupo de creadores. Puedes jugar con los datos aquí:

La conclusión de los datos para España es que, en tu próxima iniciativa relacionada con la web social, no te vas a encontrar con millones de usuarios subiendo videos o escribiendo artículos sobre sus experiencias: serán solo unos miles, pero influirán en un número de usuarios unas tres veces mayor.

Aunque es útil para acotar expectativas, el modelo de Forrester tiene una limitación importante: analiza únicamente el comportamiento online. La realidad es que no existe un muro entre lo que hacemos on y off: comentamos en persona lo que hemos leído en Internet o publicamos en Internet acerca de lo que hemos vivido lejos de la pantalla y el teclado.

En mi caso particular, me ocurre frecuentemente que personas que jamás han dejado un comentario en el blog me comentan en persona que tal o cuál entrada les ha gustado.

¿Cuántos son estos «comentadores offline»? No lo sé, pero tengo claro que necesitamos avanzar en la medición de la influencia de Internet en todos los ámbitos, y no sólo el del comportamiento online: no hacerlo sería el equivalente a medir la efectividad de la publicidad en TV sobre los consumidores sólo cuando están en el sofá y no cuando están en Mercadona o Carrefour eligiendo qué detergente comprar.

¿Tienes alguna experiencia con los comentadores offline? ¿Tal vez eres unos de ellos?… aunque, si lo eres, me temo que no lo sabré hasta que nos veamos en persona ;-)

16 comentarios sobre “Los comentadores offline

  1. Uno de los problemas será que al tema online le falta el placer de hablar por hablar. Aquello de tomar una cerveza mientras comentas la jugada. No es tan tecnológico ni tan perenne pero sí muy humano ;)
    Así que, si quieres que te diga lo que pienso de tu post, ya sabes a que me tienes que invitar ;) ;)

    Abrazos.

    1. Ja, ja, ja :-) Sí, está claro que lo de charlar cara a cara no se puede sustituir por el tecleo. Gracias por ese comentario online.

      1. Ok Pablo, me ha gustado tu posts pero me parece muy buena idea lo de una charla cara cara, ahi ando, llamándote a ver si consigo robarte unos minutos y te pagas un café. Jejeje

        saludos, Josemi

  2. Hola Pablo, yo soy uno de tus comentadores offline. Suelo leer tus posts pero nunca hago comentarios, y no porque no los tenga, sino porque prefiero dejar la charla para el momento offline, porque cuando pregunto «¿habéis leído el blog de Pablo?», siempre hay alguien que dice sí y de este modo tenemos charla para un rato :)
    Más allá de la anécdota, estoy totalmente de acuerdo contigo: la influencia de internet va más allá de las visitas a una página o los comentarios en un blog. Cómo medir esa influencia es el desafío, tanto para anunciantes como para prescriptores o líderes de opinión. Es como una evolución de la conversión post-impresión, pero integrando el mundo online y offline, no? Todo un reto, vamos :)
    Abrazos

    1. Gracias, Angel, este post está resultando un experimento interesante para animar a la gente a comentar online :-)

      Respecto a cómo medir la influencia, yo creo que la metodología existe en la investigación de mercados tradicional, pero falta incluir Internet como elemento de influencia de forma consistente.

  3. Yo creo que funciones online, como el «Like» o «Dislike» de Facebook, están funcionando como facilitadores para conseguir «joiners»: no comentes, sólo dí si te gusta o no y con eso valoro la repercusión de mi mensaje y, por tanto, su medición (conclusión algo subjetiva, por cierto). Efectivamente esto al mundo offline es difícilmente aplicable, aunque para ello están los Nielsen, TNS, Ipsos, etc. que puedan medir la repercusión de los mensajes en el comportamiento de los usuarios. Lo único que la mayoría de la veces son datos declarados y, según qué casos, poco o muy fiables… Solución: ¿medición 360 grados?

    Gracias Pablo.

    Luis

    1. Sí, hay una cierta «jerarquía de interacciones», en la que el «Me gusta» es posiblemente el nivel más bajo, el que exige un menor esfuerzo o una menor aportación por parte del lector. Aún así, el tipo de interacción depende muchísimo del tipo de lector o usuario que tengas e incluso de la temática acerca de la que crees contenidos.

      El ideal de medición 360 grados puede ser un poco difuso, pero creo que el tipo de empresas que mencionas son las que van a poder ofrecer la mejor información si son capaces de entender el mundo digital y adaptarse más profundamente. Tal vez vayan poco a poco fichando a gente de Forrester, Foresee Results, etc., con un mayor conocimiento de los negocios y el marketing online.

  4. Hola Pablo,

    yo formo parte de tu comunidad de comentadores (¿comentaristas? :)) offline. Soy fiel lectora de más de 270 blogs, que sigo diariamente gracias a Google Reader. Sin embargo, es una herramienta que no facilita comentar, tienes que ir a la entrada para hacerlo.
    Incluso accediendo al blog directamente, obligatoriamente has de abrir una pestaña o cambiar de ventana para comentar.

    Me ha parecido muy interesante el dato del 15% de creadores vs. 56% de observadores. ¡Somos vagos online!

    Sin embargo, como ves, un poco de llamada a la acción, y aquí estamos para comentar.

    Un saludo
    Reyes

    1. Muchas gracias por «salir del armario»: la llamada a la acción está funcionando ;-) Me has hecho dudar, pero he comprobado que «comentador» existe… ¡menos mal, casi tengo que tirar un título de post a la basura!

      Me ha gustado tu definición de «vagos online»: te la tomaré prestada alguna vez ;-)

  5. Hola Pablo, ¡cuánto tiempo!
    Ya que te perdí la pista «offline», te respondo «online» ;-)

    Yo apelo a la libertad individual a elegir el medio en el que expresarse (y a hacerlo o no) aunque como en el caso de la autoría en papel, hay quien recibe correpondencia acerca de sus artículos, hay quien simplemente no recibe y hay quien no recibe y dice que recibe. Las ocupaciones cotidianas y el entorno familiar hacen que se comente online menos de lo que a uno le gustaría. Por supuesto, como el placer del pincho de tortilla y caña no hay nada, y que no desaparezca.

    Finalmente, hay quien no quiere «escuchar», hay quien no se merece el comentario y hay mensajes intrascendentes que . Pero la pasividad comunicativa no es un problema del medio online: nos suben la gasolina, nos suben el IBI, nos bajan el sueldo, nos quitan la tarifa plana, nos recortan las pensiones, nos alargan la jubilación y ¿cómo reaccionamos a eso? ¡otra de gambas!

    P.D. Una cosa está clara, eres un genio de la comunicación online, nos estás haciendo «cantar» a todos, como los «picoletos» en el chiste de la momia, pero eso, lo dejo para otro «tuit».
    ¡un abrazo fuerte!

    1. Hola Luis,

      Un gran comentario: por este tipo de cosas dicen que el valor está en la conversación ;-)

      Aunque estoy de acuerdo: no hay equivalente digital al pincho de tortilla: te escribo para ponerlo en práctica.

  6. Pienso las cosas dos veces antes de dejar algo por escrito. Prefiero no escribir si no voy a aportar un valor especial… y las veces que creo que puedo aportarlo, suele darme pereza dedicarle el tiempo a decir algo coherente.

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